¿Por qué no conseguimos atraer a los jóvenes y a las mujeres a la construcción?

Con esta pregunta abierta comienza el artículo de Charmaine Steele, responsable de cultura y desarrollo de personal de Dura Composites, quien analiza los motivos detrás del envejecimiento de un sector incapaz de atraer a los talentos más jóvenes.

Aunque su artículo habla de la situación en Reino Unido, el sector en España tampoco vive sus mejores momentos. Tal y como manifiesta Charmaine, existe una falta de personal cualificado que se traduce en una gran cantidad de vacantes que quedan sin cubrir. Parte de esta reticencia de los jóvenes proviene de la sociedad, para la que trabajar en una obra implica un fuerte trabajo físico además de largas jornadas a la intemperie. 

La crisis del 2008 provocó un éxodo masivo de los jóvenes hacia otro tipo de profesiones con más futuro, donde además haya una mayor flexibilidad de horarios y posibilidades de trabajo a distancia, y desde entonces no se ha producido un relevo generacional, donde los “viejos maestros” se están jubilando sin haber tenido la ocasión de formar a una nueva generación de profesionales más jóvenes.

No debemos quitar tampoco parte de responsabilidad a las empresas, quienes en sus procesos de selección suelen apostar por candidatos más experimentados para ahorrar costes de formación. Esto supone una limitación a la posibilidad de acceso a un primer puesto de trabajo para los jóvenes, quienes sufren la falta de oportunidades de aprendizaje o prácticas remuneradas.

Si además ponemos el foco en el porcentaje de mujeres presente en este tipo de profesiones, observamos que en España en 2021 “el número total de mujeres no suponía más del 10% de todos los empleos de la industria”. Charmaine asocia esta baja tasa de empleo femenino a la brecha salarial, del 23.3% para Reino Unido y de un 16.8% en España en 2021. Además, existe una falta de oportunidades de promoción y ascenso para las mujeres, quienes se sienten rechazadas en un sector donde ni siquiera cuentan con EPIs adaptados a su morfología.

Es necesario que eduquemos a los jóvenes en la amplia gama de oportunidades presentes en la construcción. Pero también es importante educar a empresas y empleadores en igualdad, y hacerles ver que los trabajadores jóvenes son una inversión para el futuro de su empresa y del sector.