El BIM surge como respuesta a la necesidad del sector AECO; tradicionalmente poco innovador e impermeable a cambios, de mejorar sus índices de competitividad, calidad y productividad. Su objetivo es compartir la información adecuada con los usuarios precisos, y a su vez con todos los agentes implicados en el proceso de producción, para entre todos agilizar los trámites y cumplir los plazos previstos.
Delegar la gestión y administración de los CDE a la empresa constructora es un grave error muy común. Querer evitar la gestión o el uso de herramientas de esta metodología no es una estrategia inteligente para las Administraciones Públicas ni las promotoras ¿Puedes adivinar por qué?
Anteriormente te hemos dicho que el objetivo de esta metodología es compartir información, aquí es donde se encuentra precisamente la trampa, dado que quien posee las licencias es quien decide qué información mostrar a cada participante. Así pues, si delegamos en la constructora la compra de todos los permisos y la distribución del flujo de información, existe la posibilidad de que censure ciertos datos que no le interese compartir. Por ejemplo puede ocultar fallos en el proceso de diseño, las calidades y marcas de los materiales empleados, eliminando la posibilidad de toma de decisiones por todos los agentes, buscando la mejor solución posible.
Está claro que el progreso tecnológico puede producir vértigo pero no es algo de lo que se pueda huir. La tecnología es nuestro mejor aliado para conseguir que el sector de la construcción dé el salto a un entorno en el que los flujos de trabajo se agilicen, evitando retrasos y sobrecostes en los proyectos.
La obsolescencia técnica característica de la Administración Pública, y uno de los mayores quebraderos de cabeza de sus empleados, ya no es un impedimento dado que existen programas cuya interfaz es tan accesible que incluso se pueden visualizar los datos del CDE a través de un teléfono móvil.
Si aún no tienes muy claro que el mundo del BIM sea para tí, puedes probar Bimsync gratis, inscríbete y comprueba por ti mismo sus ventajas.
Angela Alonso Moro, técnico de marketing en DAAG.